domingo, 27 de enero de 2013

PETIT LAROUSSE ILLUSTRÉ


MONSIEUR G


HABLAN CALLANDO


Qué quietas están las cosas/
y qué bien se está con ellas/
por todas partes, sus manos/
con nuestras manos se encuentran,"
JUAN RAMÓN JIMÉNEZ

viernes, 25 de enero de 2013

PETIT LAROUSSE ILLUSTRÉ


MONSIEUR G


CARCERI D'INVENZIONE


Carceri d'inventione, dijo mientras entrábamos en el café a orillas del río para tomar un té, la cárcel imaginaria.
El título y los grabados de Piranesi serán la base de mi libro, las mayores tensiones del espíritu, el espíritu tensio-
nado al límite y luego el libro se vuelve del revés, como un guante, y se revela a sí mismo como la cárcel de la ima-
ginación. El tema me llena de alegría, dijo, de mucha más alegría de la que he sentido por cualquier otro proyec-
to desde que escribí mi primera novela. Por sí sola, dijo, una cárcel, o la mera idea de ella, nos llena de desespera-
ción. Y  lo mismo sucede con la sola imaginación, porque la ausencia de límites entraña siempre melancolía.
Pero pon ambas cosas juntas, como hace Piranesi en su título, y todo se transforma. La imaginación no como li-
bertad sino como restricción. Y al final la sensación de libertad obtenida mediante el acto de encarcelar la imagi-
nación. Una idea sin forma, dijo, es peor que inútil, igual que una forma sin contenido. Solamente cuando ambas 
concurren puede surgir una obra de valor. Y en es título, Carceri d'inventione, dijo, de hecho concurren las dos, lo cual
me hace tener la esperanza de que aquí se encuentra al fin el germen de eso a lo que durante tiempo me he querido
dedicar. Llevo muchísimo tiempo agitando los brazos, dijo, sabiendo qué quiero pero no cómo hacer para conse-
guirlo. Pero ahora, dijo, todo empieza a aclararse. Es un poco como un reloj de arena, dijo, y propuso que tomára-
mos otra taza de té, la arena se va escurriendo lentamente de una parte del reloj a  otra, y mientras una se llena,
la otra se vacía. Con la creación de una obra de arte sucede lo mismo, dijo. La vida pasa del creador, que hasta en-
tonces no ha sabido qué uso darle, a la obra, que crece, se hace fuerte y sigue creciendo, si todo va bien, hasta que
toda la vida que había en el creador ha pasado a la obra. Sin embargo, la paradoja del trabajo creativo, dijo, es que
cuando la obra está acabada es la vida del creador la que se renueva. Es como si solo dando a luz de esta forma pu-
dieras reponerte. Nadie ha explicado este fenómeno de manera satisfactoria, dijo, y no parece que nadie vaya a ha-
cerlo, y en el fondo nosotros tampoco querríamos que alguien lo hiciera. Pero todos los creadores saben de qué ha-
blo, y pueden dar fe de la verdad de cuanto acabo de decir. Y no es cuando la obra está acabada que el creador si-
ente que recobra una nueva vida, sino mientras trabaja en ella, en la obra, cuando la arena pasa de él a la obra, que
se siente repuesto y lleno. Sin la posibilidad de dar de esta manera no podríamos recibir. Cuanto es vuestro para dar,
no os lo podéis reservar, hace decir Shakespeare a uno de sus personajes. Habla del amor y de placeres sexuales, pe-
ro lo que dice vale también para la creación artística. Porque la dialéctica de vivir y reservar, de retener y perder, de
vivir y ganar, se aplica a todos los aspectos de la vida. Carceri d'inventione, dijo mientras examinaba el culo de su vaso de 
plástico, he ahí la chispa que he estado buscando tanto tiempo.

MOO PAK
GABRIEL JOSIPOVICI
CÓMPLICES EDITORIAL

miércoles, 23 de enero de 2013

PETIT LAROUSSE ILLUSTRÉ


MONSIEUR G


DETRÁS DE MUCHO TIEMPO


Era domingo entonces, detrás de mucho tiempo,
y el invierno en el parque
escondía sus soles.
La eternidad jugaba con nosotros
y pájaros blancos abrían el camino


Fina Warschaver

viernes, 18 de enero de 2013

PETIT LAROUSSE ILLUSTRÉ


MONSIEUR G


CURIOSA COINCIDENCIA



LOS CISNES
Qué signo haces, oh Cisne, con tu encorvado cuello 
al paso de los tristes y errantes soñadores? 
¿Por qué tan silencioso de ser blanco y ser bello, 
tiránico a las aguas e impasible a las flores? 

Yo te saludo ahora como en versos latinos 
te saludara antaño Publio Ovidio Nasón. 
Los mismos ruiseñores cantan los mismos trinos, 
y en diferentes lenguas es la misma canción. 

A vosotros mi lengua no debe ser extraña. 
A Garcilaso visteis, acaso, alguna vez... 
Soy un hijo de América, soy un nieto de España... 
Quevedo pudo hablaros en verso en Aranjuez... 

Cisnes, los abanicos de vuestras alas frescas 
den a las frentes pálidas sus caricias más puras 
y alejen vuestras blancas figuras pintorescas 
de nuestras mentes tristes las ideas oscuras. 

Brumas septentrionales nos llenan de tristezas, 
se mueren nuestras rosas, se agotan nuestras palmas, 
casi no hay ilusiones para nuestras cabezas, 
y somos los mendigos de nuestras pobres almas. 

Nos predican la guerra con águilas feroces, 
gerifaltes de antaño revienen a los puños, 
mas no brillan las glorias de las antiguas hoces, 
ni hay Rodrigos ni Jaimes, ni hay Alfonsos ni Nuños.


Faltos del alimento que dan las grandes cosas, 
¿qué haremos los poetas sino buscar tus lagos? 
A falta de laureles son muy dulces las rosas, 
y a falta de victorias busquemos los halagos. 

La América española como la España entera 
fija está en el Oriente de su fatal destino; 
yo interrogo a la Esfinge que el porvenir espera 
con la interrogación de tu cuello divino. 

¿Seremos entregados a los bárbaros fieros? 
¿Tantos millones de hombres hablaremos inglés? 
¿Ya no hay nobles hidalgos ni bravos caballeros? 
¿Callaremos ahora para llorar después? 

He lanzado mi grito, Cisnes, entre vosotros 
que habéis sido los fieles en la desilusión, 
mientras siento una fuga de americanos potros 
y el estertor postrero de un caduco león... 

...Y un cisne negro dijo: «La noche anuncia el día». 
Y uno blanco: «¡La aurora es inmortal! ¡La aurora 
es inmortal!» ¡Oh tierras de sol y de armonía, 
aún guarda la Esperanza la caja de Pandora!
RUBEN DARÍO