martes, 23 de junio de 2015

LA CONCEPCIÓN CREDITICIA DE LA COMPASIÓN




Somos compasivos con alguien porque creemos que le debemos algo, y en este caso la compasión
es casi como la justicia.
O somos compasivos aunque no creemos deber nada, pero entonces, desde el momento del acto de
compasión, sentimos que adquirimos un mérito, un saldo acreedor de virtud.
 La compasión, si se puede hablar de ella, se referiría a 
algo que no tiene que ver ni con la justicia ni con la virtud.
Lo que  querríamos que pudiese ser la compasión, según Sánchez Ferlosio: "Algo que tuviese
doble y bilateralmente la felicidad de lo gratuito, o sea que se pareciese a lo sentido en raras y singulares experiencias, ese placer plenamente carnal y corporal de arreglarle el embozo de la sábana a un niño recién acostado, ese estremecimiento de regusto que le recorre a uno toda la epidermis por simpatesis
con el placer del niño.(…) El animal que lame las heridas de otro no está haciendo justicia ni ejerciendo
una virtud, porque ni salda una deuda ni se acredita un mérito. Lo que la siempre frustrada y siempre
reincidente compasión humana añora es el limpio calor de la animalidad".

DIARIOS

IÑAKI URIARTE

ELLES SE FANENT , INCLUS


¿ QUIEN VENDRÁ CONMIGO A LA HOGUERA ?


lunes, 22 de junio de 2015

CONTRA LA COMPASIÓN




 Nietzsche considera que el cristianismo no sólo niega el cuerpo en función de la quimera del alma, y el mundo sensible en nombre de la ficción del Otro Mundo, como ya había hecho Platón. Lo terrible del cristianismo es que introduce los dos peores mecanismos internos en contra de la vida : la compasión y la culpa. 
Recogeré aquí la crítica a la compasión refiriéndome a un filósofo, Spinoza, y a un fotógrafo, Raymond Depardon.pero son dos rechazos de la compasión desde un respeto hacia el otro, hacia su sufrimiento. Respeto que nos lleva a cocuparnos del otro, a acoger al otro, a darles nuestro apoyo. pero no por la vía de la compasión. ¿ Qué sentido tiene expiar con nuestro dolor el dolor ajeno ? Lo que quiere el otro es abandonar su dolor, no recoger el nuestro. la compasión se convierte en un círculo vicioso que nos atrapa a todos y convierte al mundo, ciertamente en "un valle de lágrimas".

 Dice Spinoza : La compasión en el hombre que vive bajo la guía de su razón es mala e inútil. En efecto, la compasión es una tristeza. Como sabemos para Spinoza la alegría es el bien y la tristeza es el mal. El hombre libre, que no se mueve por sus pasiones, busca con sus razón ayudar al otro. No se deja invadir por la compasión porque de esta manera solo aumenta la tristeza : la tuya no reduce la del otro. Ahora bien, el que es indiferente al dolor del otro es, simplemente, inhumano. Pero la opción no está entre ser inhumano y ser compasivo. Se trata de ser generoso ( y esto también lo decía Nietzsche), de dar alegría, no de recibir dolor.

 Raymond Depardon ( Villefranche-su-Saône, Francia, 1942) es un fotógrafo muy singular. No quiere transmitir imágenes morales, sino imágenes políticas. La moral produce sentimientos de indignación delante de un verdugo y una víctima. Nos hace identificarnos con la víctima y rechazar al verdugo. De esta manera nosotros nos situamos del lado de la justícia. Pero esto no es lo que quiere generar Depardon. No es efectista y hay que serlo para querer producir indignación. La palabra moral no parece en los escritos y comentarios de Depardon. Aparecen, en cambio las palabras ética y política. La ética tiene que ver con la posición del fotógrafo. Ética es su defensa de la libertad, autonomía y responsabilidad del fotógrafo, tanto delante de los Estados, como delante de las empresas como también de "los derechos a la propia imagen". Es un garantismo excesivo porque impide al fotógrafo captar lo que considera necesario. Para él cada fotografia debe ser un decisión ética y política del fotógrafo, que capta lo visible. La sustracción jurídica de este derecho del fotógrafo elimina el propio estatuto del fotógrafo veraz, que quiere decir algo. Es un precio demasiado alto. La política está en las imágenes. Porque todo es político, todo tiene que ver con la manera como está organizada la sociedad, con lo público, con su deber de igualdad.  Lo que quiere es mostrar lo que hay, no lo que pensamos que debería haber. Pero esto no quiere decir que quiera darnos una visión fatalista de lo real. En absoluto: nos muestra lo que hay, en su contingencia. Es decir, las cosas son así pero podrían ser de otra manera. Esto es lo político. Saber que los cuerpos están en el lugar que se les ha asignado pero quizás podrían estar en otro. Estos cuerpos humanos, sensibles y hablantes podrían cambiar con su acción. 
Podría haber otra cosa pero es lo que hay y lo que hay es, sobre todo, injusticia y dolor. Pero no es la injustícia del moralista indignado sino algo más primario, que nos incumbe a todos. La filósofa Judith Shklar escribió un libro sobre los rostros de la injusticia. Decía algo interesante : se ha hablado mucho de la justicia y poco de la injusticia. Seremos poco platónicos : la injusticia no implica una noción previa de justicia. 
 "Todo es tan injusto desde hace tanto tiempo", nos dice Departon. No se trata de la compasión, porque no busca identificarse con el sufrimiento del otro, sufrir con él. ¿ De que le sirve nuestra expiación ? Departon hizo películas y una de ellas hablaba de África, de los africanos y se llamaba "¿ Cómo te va con tu dolor ?". No hay que exhibir el dolor, hay que respetarlo manteniendo una distancia. La distancia es fundamental, hay que mantenerla, porque es lo que nos lleva al respeto del otro sufriente. No hay que buscar la catarsis. hay que extender el brazo.
LUIS ROCHA

CARA DE REMOLACHA